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BODAS DE ORO

FLOR MARIA MONTENEGRO BARBA y GLORIA JUDITH ORTIZ BELTRAN

50 AÑOS AL SERVICIO DE LA IGLESIA EN LA CONGREGACIÓN DE LOS SAGRADOS CORAZONES

Queridas hermanas de las Provincias de Ecuador y Perú, sentimos el inmenso deseo de manifestarles, con toda lealtad, un sincero agradecimiento, desde el fondo de nuestros corazones, a cada una de las personas que de diferentes maneras nos han demostrado su cariño, su bondad, al unirse a nosotras para cantar las maravillas de Dios obradas en estos 50 Años de entrega a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

En nuestras vidas, nuevamente, ha vuelto a resonar un canto de agradecimiento y de alabanza al Dios de la Vida: “ME SEDUJISTE SEÑOR Y YO ME DEJE SEDUCIR”. 50 Años de vivir la misión de: contemplar, vivir y anunciar al Dios amor que ha caminado con nosotras, día tras día, año tras año.  El tiempo ha transcurrido haciendo historia, siempre con la certeza de ser amadas por El.

Hemos celebrando 50 Años de Vida Religiosa, con una Eucaristía llena de gratitud. El celebrante, un hermano nuestro de la Congregación, Nilo Pinzón, a quien agradecemos por venir a compartir con nosotras la alegría de nuestra consagración y gracias por sus palabras llenas de afecto y cercanía.

Gracias hermanas de las diferentes comunidades, que nos acompañaron; gracias familias, amigos y amigas; gracias hermanas de la comunidad San José que hicieron todo un derroche de cariño y nos demostraron el gran amor que nos tienen, ustedes son ese don de Dios que nos ha hecho experimentar la alegría de ser hermanas; gracias Lorgia y hermanas del Consejo que nos acompañaron y compartieron con  nosotras; gracias Dorita por el poemario de cantos que animaron la Eucaristía; gracias Carmelina, Jeanneth, jóvenes aspirantes y voluntarias por su colaboración en el servicio y la atención a todos los invitados; gracias Fanny Villamar,  exalumna del Colegio de Guayaquil; gracias a la Sra. Emperatriz Ponce, hermana de nuestra querida Mercedes Ponce, que contrataron el conjunto de mariachis, los mismos que dieron realce a esta fiesta inolvidable, de alegría y gozo; y, gracias a las personas que, desde la distancia, nos acompañaron con sus oraciones, que Dios bendiga a todos y nos regale abundantes vocaciones para la Provincia del Ecuador y  Congregación.

A todos y a todas les pedimos que oren, para que cada día se haga visible en nosotras la sonrisa de Dios, por el regalo de la vocación y la alegría de nuestra entrega. Que desde el Sagrario encontremos siempre el lugar señalado por Él para ser plenamente felices.

Gloria Ortiz Beltrán, ss.cc. y Flor María Montenegro Barba, ss.cc