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BODAS DE VIDA RELIGIOSA

La Comunidad de San José, constantemente tiene la dicha de renovar su consagración definitiva al ver a nuestras hermanas que celebran  sus bodas de oro, diamante, platino o rubí en nuestra Capilla, espacios que nos motivan a ser más de Dios y más del prójimo.

Enorme fue la motivación al verles a Marcelita y Celia, decir a los Divinos Corazones de Jesús y de María: continuaré siguiendo tus huellas, nada ni nadie me separará del Amor de Dios.

Gracias hermanas por esta FIESTA DE FIDELIDAD. Nos sentimos felices de tenerlas coherentes, alegres y fervorosas, a pesar de la cruz de la enfermedad. Felicitaciones Hermanas, cuenten siempre con nuestro cariño y oraciones.

A continuación un compartir de sus sentimientos personales:

¿Qué te daré por tantos beneficios?

¿Cómo podré pagarte tanto amor? Sal. 116, 12

Marcela Mayorga, ss.cc.

Bodas de Platino

Jamás he dudado el inmenso Amor que desde toda la eternidad Dios me ha tenido. Perdí a mis padres siendo yo una niña de pocos años; pero con el amor de mi Padre Dios y la ternura maternal de María Santísima, he crecido feliz en el hogar de mi familia humana, me he sentido la hija mimada de Dios y de mi familia, por eso desde el fondo de mi corazón quiero decirles gracias infinitas porque nunca me ha faltado el calor divino y humano en el cada día.

Al recorrer estos 70 años de Vida Consagrada, la pequeña o grande cruz de cada día, no han sido un obstáculo a mi felicidad ni a mi entrega gozosa a Jesús.

Gracias a mi amada Congregación que veló por mi formación humana y espiritual, por el testimonio de vida fraterna en cada una de las comunidades donde el Señor me envió.

Quiero agradecer especialmente a la comunidad de San José donde ahora vivo, que con su paciencia, amor y oraciones velan por mi salud, solo Dios sabrá recompensar con sus bendiciones a cada hermana.

Pido al Señor que en este tiempo que me queda de vida, pueda seguir diciendo a Jesús: Aquí está tu sierva, estoy dispuesta a todo, que se haga en mí tu voluntad.  Con cariño y gratitud, Marcela

 

“El Señor es mi fortaleza. El Señor es mi canción, El me da la salvación.

En el Confío y no temeré” Sal. 118, 14

Celia Montaño, ss.cc.

Bodas de Diamante

Un 15 de agosto el Corazón de Jesús llamó a mi puerta mientras celebrábamos la fiesta del Inmaculado de Corazón de María, patrona de la Parroquia “Selva Alegre” Cantón Saraguro Provincia de Loja.Fue un momento feliz en que decididamente le dije. “Aquí estoy Señor”. Ayúdame a hacer tu Voluntad toda mi vida, en donde Tú quieras.  Como Tú lo quieras. Desde entonces me siento con mi corazón agradecido a la Iglesia y a la Congregación de los Sagrados Corazones que me recibieron aún sin conocerme.

La Eucaristía de acción de gracias de las Bodas, estuvo presidida por nuestro Hermano Víctor Lorenzo Gualán, religioso de los Sagrados Corazones, a quien quiero mucho por ser lojano como yo.  La celebración estuvo marcada por su cercanía, su sencillez y alegría, su mensaje cristológico y Congreganista dejó huellas inolvidables en el corazón de los presentes.  Víctor te agradezco tu entrega, tu cariño y sobre todo haber vivido con nosotras esta Eucaristía como un verdadero hermano de Congregación.

Agradezco al Gobierno General por la Felicitación, por las oraciones, por su atento saludo, que manifiestan el espíritu de familia SS.CC.  He vivido momentos de alegría que me desbordaron en la celebración de mis Bodas de Diamante. Que Dios les colme con sus gracias.

También agradezco a las Hermanas del  Territorio Ecuador-Colombia ss.cc, dos países que manifiestan su unidad y cariño con la oración, su presencia, las llamadas telefónicas, que me inyectaron muchas ganas  de seguir celebrando la vida hasta cuando el Señor quiera.

De una manera muy especial agradezco a mis hermanas de la Comunidad de San José por sus oraciones, cariño, preocupación, felicitación en la fiesta de mis Sesenta Años de Vida Consagrada Misionera y los 82 años de vida.  Que el Señor les recompense por todo don.

Agradezco a mi familia que a pesar de su trabajo, de la distancia, se dieron tiempo para acompañarme en este día tan importante para mí, algunos conocieron y vivieron una nueva experiencia de vida diferente, se sintieron como en familia viviendo junto a nosotras el amor, la comunicación sencilla, que ellos llevaron en su corazón como un recuerdo inolvidable. Los niños se sintieron muy acogidos y se despidieron prometiéndonos volver otro día. Muchas gracias.

Doy fe de toda esta experiencia de vida y de fe y de esta manera seguimos extendiendo el Carisma y la Misión Sagrados Corazones. Con cariño, Celia.

 

María Mercedes Ponce, ss.cc.

Superiora de la Cdad. San José