Bodas de Plata de
Esther Alicia Armijos y Fátima Espinoza
25 AÑOS DE FIDELIDAD A LOS SS.CC.
El 14 de diciembre del 2013, nuestra Parroquia Sagrados Corazones de El Cisne, Guayaquil, estuvo de fiesta por la Celebración de las Bodas de Plata de Fátima Espinoza y Esther Alicia Armijos. La Eucaristía fue concelebrada por tres Hermanos de la Congregación SS.CC., la presidió Carlos Enrique Armijos, ss.cc. y le acompañaron, Jimmy Benavides, ss.cc., Salomón Sarango, ss.cc. y Galo Labanda. Estuvieron presentes las familias de nuestras dos jubilares, hermanas de la Congregación, amigas y amigos.
La Eucaristía fue un momento de fiesta, de gozo en el Señor, todos nos sentimos transportados a la “fiesta del banquete nupcial” y volvíamos a escuchar el llamado del Señor “Ven del Líbano, novia mía, ven, desciende del Líbano… me has robado el corazón hermana y novia mía; me has robado el corazón, con una sola mirada de tus ojos, con una sola perla de tu collar…” (Cant. 4).
Son 25 años de consagración, vividos en una entrega y donación de total servicio a la Congregación, servicio que ha significado gozo y tristeza, fracasos y esperanzas, experiencias que han fortalecido su entrega por el Reino de Dios, sobre todo, con los grupos más desfavorecidos, y que de ellos aprendieron a vivir la sencillez y la pequeñez.
Damos Gracias a Dios por su fidelidad y perseverancia, y cantamos junto con ellas: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”, sintiendo en lo más profundo de nuestros corazones lo hermoso que es vivir la fraternidad en la familia Sagrados Corazones.
Terminada la Eucaristía, pasamos a la mesa, para participar de una rica cena, no faltaron los bailes folklóricos, los cantos, para terminar con el baile general. Todas gozamos de la alegría contagiante de las Jubilares y de las familias que les acompañaban y sentimos somos una sola familia
Disfrutamos de la presencia de nuestras hermanas Jubilares y de todas las hermanas de la Provincia que nos visitaron y acompañaron en este inolvidable acontecimiento. Seguimos unidas en su caminar y que su testimonio continúe dejando huellas de amor, animando y dando vida siempre y en todas partes.
Comunidad Corazón de María