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BODAS de  PLATINO: Hna. Maria Odila Parreño, ss.cc.

DIAMANTE: Hna. Elena Abad, ss.cc.

Creo que las bodas ya sea de Plata, de Oro o de Diamante es un acontecimiento en la vida de toda persona; son un gran regalo para acoger agradecer y celebrar lo que se ha vivido a lo largo de estos años; también es un momento para reconocer la fidelidad del Señor en el sí de cada día. 

 

La Eucaristía de acción de gracias por nuestras bodas tuvo lugar el día 19 de agosto del 2017 a las 11H00, fue presidida por el Padre David de la Torre, hermano de la Congregación SS.CC. Estuvimos acompañadas con algunas Hermanas de las Comunidades como también de nuestras familias, que se dieron cita para este acontecimiento; la ceremonia fue  maravillosa. 

En la homilía el padre David resaltó la importancia de tomar conciencia de que todas las acciones que realizamos día a día trascienden hacia afuera y aún a todo el mundo, y como un ejemplo dijo: “si yo no me hubiera encontrado en el camino con  Elena, a lo mejor yo no estuviera este rato aquí; tal vez sería jesuita,  sacerdote secular, o abogado.  Las hermanas no me enseñaron grandes tratados de Teología, pero si me enseñaron a arrodillarme ante el Santísimo y a conocer la Congregación”.  En esos momentos yo me decía, Señor Tú hiciste todo, no yo, y le agradecía a Dios de eso y mucho más.

En mi intervención de acción de gracias, al final de la Eucaristía, compartí que: celebrar Bodas de Diamante de vida consagrada es seguir diciendo, aquí estoy Señor para hacer tu voluntad; gracias por la invitación a continuar el proyecto de vida y de amor a Dios y los hermanos/as.  Agradecí a mis padres por haber impregnado profundas raíces de fe en mi corazón; a la Congregación por su riqueza espiritual de la que he bebido la frescura de sus manantiales;  a todas las hermanas  con quienes he compartido la vida.

Gracias a la Comunidad de San José, en donde ahora me encuentro, una comunidad donde se respira aire fresco, donde se facilita el encuentro con Dios y con las hermanas; agradezco a cada hermana de la Comunidad por el derroche de cariño, esfuerzo, atenciones, para que este evento salga de la mejor manera. Gracias también por la atención a nuestros familiares y amigos; ellos están muy agradecidos.  

 

 

 

Con el corazón agradecido le digo a Dios que no siento que la vida se escapa, sino que estoy en paz, ni tengo prisa, pero al mismo tiempo siento una creciente comprensión hacia todos y con mucha alegría puedo decir con María: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”.

          Gracias a las Comunidades que se hicieron presentes, que Dios les bendiga. 

                                           Elena Abad, ss.cc.

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