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ADORACIÓN PARA LA FIESTA DE LA BUENA MADRE 2012:

“La fe, firme convicción del cuidado amoroso de Dios”

(Buena Madre)

* Ambientación.

 FENos invita Benedicto XVI en la “Porta fidei” a recorrer la historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado. “Por la fe -nos indica el Papa-, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica la obediencia, la pobreza y la castidad, signos concretos de la espera del Señor que no tarda en llegar”.
El 38º Capítulo General de los Hermanos nos señala, en el documento “Misión”, que “para vivir la misión de la Congregación encontramos en nuestra tradición el testimonio de hermanos que –en sus circunstancias y en su tiempo– supieron encarnar el carisma recibido de nuestros Fundadores y de la primera generación”.
En esta adoración, hacemos memoria de nuestra Fundadora, Enriqueta Aymer de la Chevalerie ss.cc., mujer de fe que se consumió como un cirio por acoger en su vida la misión encomendada por el Buen Dios.
* Canto:
 
* En comunión con la Iglesia:
Antes de entrar en la cuestión sobre la forma que debe adoptar esta nueva evangelización, sentimos la exigencia de deciros, con profunda convicción, que la fe se decide, sobre todo, en la relación que establecemos con la persona de Jesús, que sale a nuestro encuentro. La obra de la nueva evangelización consiste en proponer de nuevo al corazón y a la mente, no pocas veces distraídos y confusos, de los hombres y mujeres de nuestro tiempo y, sobre todo a nosotros mismos, la belleza y la novedad perenne del encuentro con Cristo. Os invitamos a todos a contemplar el rostro del Señor Jesucristo, a entrar en el misterio de su existencia, entregada por nosotros hasta la cruz, ratificada como don del Padre por su resurrección de entre los muertos y comunicada a nosotros mediante el Espíritu. En la persona de Jesús se revela el misterio de amor de Dios Padre por la entera familia humana. Él no ha querido dejarla a la deriva de su imposible autonomía, sino que la ha unido a si mismo por medio de una renovada alianza de amor.
(Del Mensaje al Pueblo de Dios al concluir la XIII Asamblea General Ordinaria
del Sínodo de los Obispos)
 
* Escuchamos la Palabra: Juan 4, 5-42
 
En aquel tiempo llegó Jesús a una de ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que y Jacob dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta. Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: Dame de beber. Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.) Jesús le respondió: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva. Le dice la mujer: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados? Jesús le respondió: Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para viva eterna. Le dice la mujer: Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla. Le dice la mujer: Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dice: Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad. Le dice la mujer: Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo. Jesús le dice: Yo soy, el que te está hablando. Y fueron muchos más los que creyeron. Así que por sus palabras, y decían a la mujer: Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que este es verdaderamente el Salvador del mundo.
* Silencio prolongado.
* Con la fe de nuestros Fundadores:
 
En sus manos estamos: lo que Dios guarda está bien cuidado; valor y paciencia porque todo se arregla: Dios está con nosotros. No hay que dejarnos abatir. El Buen Padre desea tanto que la confianza esté siempre animando a hermanos y hermanas, porque su gran fe es la base de una firme convicción del cuidado amoroso de Dios (Buena Madre).
 
bonnemre
* Con sentido reparador:
            A Emperatriz Arrobo ss.cc., Superiora General, le hemos preguntado sobre los aspectos que más le preocupan de nuestro mundo actual:
La pérdida del sentido de la vida, expresada en signos de muerte como: la violencia, la drogadicción, la guerra, el hambre, el aborto… La desintegración familiar y sus consecuencias.  La destrucción progresiva del medio ambiente.  La ausencia de Dios en la vida del ser humano, expresado en el ateísmo práctico  y el secularismo que cada día es más fuerte.
Desde nuestra vocación reparadora, estamos llamadas y llamados a dejarnos afectar por estas realidades y desde una actitud samaritana, reconstruir el corazón humano.
* Canto.
* Compartimos nuestra oración.
* Bendición.

 Oración final:

Padre, queremos alabarte
por la gran mujer que fue Enriqueta,
por sus cualidades humanas,
la riqueza de su alma
y su gran corazón capaz de amar a todos.

Te alabamos por su fidelidad a la llamada,
por su entrega generosa,
por su renuncia heroica,
por su fortaleza ante la cruz,
su amor sin límites a la Eucaristía
y sus largas horas de adoración
ante el sagrario.

Queremos darte gracias por el mensaje de amor
que nos regalaste en la vida de la BM.

por su entusiasmo de llevar la Buena Nueva
de tu Evangelio a todas partes.

Para mostrar la fuerza de tu amor,
en una sociedad herida por el pecado
y oprimida por la injusticia y la violencia,
Padre suscita entre nosotros mujeres y hombres
como Enriqueta Aymer,
comprometidos radicalmente con tu Evangelio
para que podamos ser signo de tu Amor redentor en nuestro mundo.

Recrea en nosotros su espíritu de unidad
para que como un solo cuerpo, un solo espíritu,
una sola esperanza en nuestra vocación,
seamos "uno" por los lazos de la gracia y la verdad, de la fe y del Amor.
Amén.

* Canto: Salve Regina.

(Tomado de la Revista RS Reinado Social –www.sscc.es)

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