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HORA SANTA 6

 POR LOS JÓVENES

 Canto para la exposición: Mi pensamiento eres Tú

 Mi pensamiento eres Tú, Señor, (4 v)jesus-abraza-a-joven-foto

/porque tú me has dado la vida,

porque tú me has dado el existir,

porque tú me has dado cariño,

me has dado amor./

Mi alegría…..

Mi fortaleza…

Mi esperanza…

 Oración Inicial.

 Señor mío Jesucristo, que por el amor que nos tienes, estás de noche y de día en este Sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando... llamando... y recibiendo a cuántos vienen a visitarte. Creo, Señor, realmente que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar.


Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todos los dones que me has hecho, especialmente ,por haberme dado en este Sacramento tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; por haberme dado como abogada a tu Santísima Madre, la siempre Virgen María, y por haberme llamado a visitarte en este santo lugar. Por eso te consagró esta hora de Adoración. Amén.

Canto: Si conocieras como te amo

Si conocieras como te amo,

si conocieras como te amo, amor

dejarías de vivir sin amor.

Sí conocieras como te amo, 

si conocieras como te amo,

dejarías de mendigar cualquier amor.
Si conocieras, como te amo,

como te amo serias más feliz.
Si conocieras como te busco,

si conocieras como te busco,

dejarías que te alcanzara mi voz.
Si conocieras como te busco,

si conocieras como te busco,

dejarías que te hablara al corazón,

si conocieras,

como te busco, como te busco

escucharías más mi voz.
Si conocieras como te sueño

me preguntarías lo que espero de ti.

Si conocieras como te sueño,

buscarías lo que he pensado para ti.
Si conocieras como te sueño,

como te sueño pensarías más en mí.


Reflexión: El niño que no sabía usar sus ojos.

Había una vez un niño que no usaba sus ojos, a pesar de que su mamá siempre le decía: Niño, los ojos son para ver.

 Pero él no ponía atención y seguía sin usarlos, tropezando con todo, con las puertas, con las sillas, con los escalones, con las piedras, con los árboles y con las personas, con todo... por eso siempre andaba con la ropa rota, las manos y los pies lastimados, los ojos morados, descalabrado, en fin con muy mal aspecto, como es natural.

 Además no conocía nada, nunca había visto las mariposas, los pájaros, las flores, las nubes, mucho menos la luna y las estrellas... ni siquiera conocía las lagartijas.

 Una mañana salió de su casa y al atravesar el llano, que estaba en frente de la casa, como de costumbre, no uso los ojos y no vio acercarse a una señora que venía en sentido contrario cargando un bote de leche y una canasta llena de huevos, el niño fue a estrellarse contra ella, metió la cabeza dentro de la canasta, rompió los huevos con ella, llenándose el pelo, los ojos, la nariz, la boca de clara y yema de huevos y de pedazos de cascarón, la camisa, los pantalones y aún los zapatos...

 La señora muy enojada, le sacó la cabeza de la canasta, al mismo tiempo que le propinaba una fuerte nalgada, él asustado echó a correr y como no usó los ojos, fue a dar dentro de un charco, del que salió lleno de lodo.

 Se limpió con las manos los ojos y buscó el camino para regresar a su casa, conforme iba caminando, el sol y el viento le iban secando el lodo, los huevos y la leche, la cara se le entiesó y parecía una máscara, en la que solo brillaban los ojos; la ropa se le endureció, dándole el aspecto de un gran muñeco de cartón. Así llegó hasta la puerta de su casa, hasta el perro que tenía lo desconoció; empezó a ladrar, gruñéndole y enseñándole los dientes, como dispuesto a morderle.

 Su mamá extrañada, se asomó para ver que sucedía y quedó espantada al ver al niño, ¡casi no lo conocía!

Alejó al perro y llevó al niño al baño. ¡Qué trabajo para dejarlo limpio! Hubo que cortarle los mechones de pelo, pues los pedazos de cascarón se le habían adherido fuertemente en ellos; frotarlo muchas veces, para desprenderle el lodo y lavarlo con agua caliente y con jabón.

Cuando salió el niño del baño, el perro movió la cola y él, por primera vez se dio cuenta que su perro tenía una oreja blanca y otra negra. Desde ese día el niño usa sus ojos; conoció y admiró todas las cosas que había a su alrededor... hasta las lagartijas, y nunca más volvió a tropezar con las sillas, las puertas, las piedras, los árboles y mucho menos a estrellarse contra las personas.

alma misionera

Canto: Alma Misionera

Señor, toma mi vida nueva
antes de que la espera
desgaste años en mí.
Estoy dispuesto a lo que
quieras, no importa lo que sea,
Tu llámame a servir
Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras,
necesiten, mis ganas de vivir.
Donde falte la esperanza,
donde falte la alegría,
simplemente, por no saber de ti.

Te doy mi corazón sincero,
para gritar sin miedo
lo hermoso que es tu amor.

Tendré mis manos sin cansancio,
tu historia entre mis labios,
y fuerza en la oración.
Y así, en marcha iré cantando,
por calles predicando
lo bello que es tu amor.
Señor, tengo alma misionera,
condúceme a la tierra, que tenga sed de Dios.

Mensaje del Papa: Si es tu voluntad.

 Queridos hermanos: el mundo necesita ser tocado y curado por la belleza y la riqueza del amor de Dios. El mundo les necesita, no tengan miedo, necesita de todos nosotros, para ser la sal de la tierra y la luz del mundo. No tengan miedo de seguir a Cristo por el camino de la cruz. No tengan miedo de ser santos, la santidad es siempre joven, como es eterna la juventud de Dios. Queridos hermanos, déjense conquistar por la luz de Cristo y difúndanla en el ambiente en que viven. Ningún miedo es tan grande, para ahogar completamente la esperanza que brota eterna en el corazón del hombre. “¡Padre, que se haga tu voluntad y no la mía!” (Lc. 22, 42.)

 ¿Cuántas veces hemos dicho la oración de Jesús? La repetimos una y otra vez, que sea tu voluntad y no la mía... Sin embargo, muchas veces, lo decimos de labios para afuera, por dentro se siente la rebeldía de quien no se conforma con los hechos y acontecimientos.

 No somos coherentes, no nos gusta cargar con nuestra cruz, ni escuchar un “no” como respuesta, aunque ese “no” venga de Jesús.

 La voluntad de Dios trae momentos de intensa alegría, pero también tiene el gran peso de la cruz. Aún no aprendemos a sonreír en los momentos de dolor y a mantener la serenidad en el momento de la prueba. No logramos admitir que el dolor forme parte del gran proyecto de Dios, entonces comenzamos a luchar en contra y terminamos pidiendo lo que es nuestra voluntad y no la de Dios. Pedimos que Jesús haga lo que nosotros queremos, de la manera que lo queremos y en el plazo determinado por nosotros, para disfrazar nuestras exigencias añadimos un tímido “si es tu voluntad”, pero allá en nuestro interior es nuestra voluntad la que prevalece, condicionamos a Dios. Necesitamos aprender de Jesús y María, cuando ellos dijeron , lo hicieron con su vida. Esa es la razón por la que muchas veces nos va mal, no le encontramos solución a nuestros problemas, porque no nos atrevemos a decir a Jesús.

 Nos hemos reunido hoy, ante la presencia de Jesús Sacramentado, para pedirle eso precisamente, que nos ayude a decir “que se haga tu voluntad y no la mía”.

 Canto: Nada es imposible para Ti

Por qué tengo miedo, si nada es imposible para Ti.
Por qué tengo miedo, si nada es imposible para Ti.
Por qué tengo miedo, si nada es imposible para Ti.
Por qué tengo miedo, si nada es imposible para Ti.

Por qué tengo tristeza, si nada es imposible para Ti (4v)
Por qué tengo dudas, si nada es imposible para Ti (4v)
Enséñame a amar, porque nada es imposible para ti (2v)
Enséñame a perdonar, porque nada es imposible para ti (2v)
nada es imposible para ti, nada es imposible para ti.
Tú te hiciste hombre, porque nada es imposible para ti (4v)
Tú venciste a la muerte, porque nada es imposible para ti (2v)
Tú estás entre nosotros, porque nada es imposible para ti (2v)
nada es imposible para ti, nada es imposible para ti.
Por qué tengo miedo, si nada es imposible para Ti. (2v)

nada es imposible para ti, nada es imposible para ti.

Oración por los jóvenes
El Señor conoce a nuestros jóvenes y sabe sus necesidades, sin embargo, Él quiere que en este momento le pidamos por sus estudios, por sus amistades, por sus diversiones. Quiere escucharnos, quiere que nosotros le pidamos a Jesús para que Él les ayude, a no escaparse de clases, aprovechar sus dones, que no sean como el niño que no usaba sus ojos.

 A cada petición contestamos: Ayúdanos a hacer tu voluntad:

ü Señor, recuérdales, con frecuencia, la obligación que tienen de estudiar.

ü  Hazlos responsables, que santifiquen su trabajo de estudiantes.

ü  Que se preparen bien, para cumplir con la misión que Tú les has encomendado en la vida.

ü  Que sepan agradecer el privilegio de poder estudiar.

ü  Que logren fructificar su juventud.

ü  Dales humildad, para que acepten sus errores en el cumplimiento de sus tareas.

ü  Dales valentía y constancia, para qué aprovechen todos los instantes en el estudio.

ü  Enséñales a estudiar con método, a leer con reflexión, a consultar a los que saben más, para que el día de mañana, sean útiles a sus hermanos y verdaderos dirigentes de la humanidad.

ü  Padre providente que eres llamado fuente de luz y de sabiduría, ilumina su entendimiento y disipa las tinieblas del mal que los envuelven.

ü  Para que no caigan en los vicios de la droga y el alcohol.

ü  Para que busquen amistades que les ayuden a crecer como hijos de Dios.

ü  Para que se ayuden entre compañeros en todo momento

ü  Para que sepan respetarse mutuamente.

ü  Para que vivan la igualdad entre todos, sin hacer diferencias entre hombres y mujeres, ricos y pobres.

ü  Que aprendan a valorar sus cuerpos como templos del Espíritu Santo.

ü  Que aprendan a no quemar etapas y vayan madurando en sus relaciones amorosas

Todos: Concédenos a todos la facultad de aprender, la facilidad para entender, la capacidad para retener, la sutileza para interpretar y el don de saber hablar. Así sea.

Canto: Tantum Ergo

A tan grande sacramento

adoremos con fervor;

y a Jesús aquí presente

renovemos nuestro amor.

Acudamos todos juntos

al encuentro del Señor.

Gloria al Padre Omnipotente,

y a su Hijo el Redentor

y al que de ambos procedente,

el Espíritu de amor.

Tributemos igualmente

alabanza, gloria y honor.

Amén.

Canto: Tú eres Madremaria

Tú eres Madre, estás aquí,

me acompañas y me cuidas con amor.

Tú eres Madre, estás aquí

y me ayudas como tú a decir sí.

 Tú estás cerca, junto a mí

y en silencio vas orando ante el Señor.

Tú eres Madre del amor,

vives cerca de los hombres el dolor.

 En las calles de la ciudad,

en la gente que trabaja por

su pan, vives Madre en el hogar

de la gente de sencillo corazón.

 En los niños y en las flores,

en el joven que posee una inquietud,

vives Madre dando paz

al anciano que te reza en soledad.

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